CENTRO PREFERENTE TEA (Trastorno del Espectro Autista)

Información centro preferente TEA

Santa María de los Pinos es un Centro Educativo Preferente TEA; un colegio como todos los demás: tiene aulas, comedor, despachos, y además, un aula de apoyo específico. En este aula se encuentran una Maestra Especialista en Pedagogía Terapéutica, una Técnico de Integración Social y hasta 5 alumnos con trastorno del espectro de autista; que pasan en este aula algunas sesiones de su horario lectivo. Aquí desarrollan aprendizajes de comunicación, integración social, emociones, juego adaptativo, normas y reglas, motricidad, y contenidos del currículo.

El aula TEA es el corazón del centro preferente, y este corazón no late si no recibe sangre de toda la comunidad educativa: profesorado, alumnado, familias y profesionales no docentes. Todos juntos formamos el centro preferente. La metodología general prioriza los recursos visuales a los auditivos, y utiliza anticipación con secuenciación de las actividades que se van a realizar, así como el menú de cada día.

 

El trastorno del espectro del autismo (TEA) es una condición de origen neurobiológico que afecta a la configuración del sistema nervioso y al funcionamiento cerebral. Acompaña a la persona a lo largo de su vida y afecta, fundamentalmente, a dos áreas del funcionamiento personal: la comunicación e interacción social, y la flexibilidad del comportamiento y del pensamiento.

Comunicación

Las personas con TEA pueden tener dificultades para comprender a los demás y también para expresarse:

  • Entender mensajes que se transmiten de forma verbal.
  • Extraer el significado completo de una frase, aunque comprendan qué significan todas las palabras de manera independiente.
  • Comprender el significado no literal del lenguaje: bromas, chistes, metáforas, sarcasmos, ironías o dobles sentidos.
  • Interpretar correctamente la comunicación no verbal: contacto ocular, gestos, postura corporal o expresiones emocionales.

Expresión

  • Proporcionar claves contextuales que ayuden al interlocutor a saber qué está contando o haciendo.
  • Utilizar un lenguaje ajustado a la situación. A veces, aunque su expresión sea correcta, usan un lenguaje excesivamente formal o con una entonación inusual.

Relaciones sociales

Además, algunas pueden tener dificultades para relacionarse con los demás, comprender el contexto y desenvolverse en determinadas situaciones sociales. Estas características se manifiestan en:

  • Acercamientos sociales inusuales o inadecuados para iniciar o reaccionar ante interacciones con otras personas.
  • Problemas para adaptar el comportamiento a distintos contextos o situaciones sociales.
  • Dificultades para comprender las reglas sociales “no escritas” que regulan las relaciones interpersonales. Por ejemplo, saber qué distingue las interacciones con personas conocidas y desconocidas, y manejar la situación en función a estas diferencias.
  • Dificultades para comprender las emociones, deseos, motivaciones o intenciones de otras personas, y utilizar este conocimiento en la interacción social.
  • Dificultades para expresar emociones de forma ajustada al contexto o a la situación en la que tienen lugar.

Las personas con TEA pueden tener dificultades para responder de manera flexible a las demandas de los diferentes contextos sociales. Esto puede manifestarse en:

  • Resistencia a cambios en la rutina o en el entorno, aunque sean mínimos.
  • Necesidad de apoyo para saber cómo enfrentarse a situaciones novedosas o desconocidas.
  • Insistencia en que las cosas sucedan siempre de la misma manera.
  • Disposición de un repertorio limitado de intereses, muy intensos y específicos, que focalizan la atención y el comportamiento de la persona e interfieren en su vida diaria.
  • Patrones de comportamiento rígido y repetitivo; por ejemplo, repetir las palabras o frases una y otra vez, exactamente de la misma forma.

Asimismo, algunas personas con TEA presentan alteraciones en el procesamiento de los estímulos sensoriales mostrando, en ocasiones, hiper o hipo reactividad a estos estímulos. Esto se puede manifestar en:

  • Malestar intenso ante determinados sonidos, olores, luces, sabores o texturas específicas, que pueden pasar desapercibidos o no incomodar a las demás personas.
  • Interés inusual en aspectos sensoriales del entorno, como puede ser insistencia por oler o tocar determinadas cosas o la fascinación por luces, objetos brillantes o que giran.
  • Indiferencia aparente al dolor o a la temperatura.
  • Búsqueda de estimulación mediante actividad física; por ejemplo, balancearse, girar sobre sí mismo/a o saltar repetidamente.

 

Las características que definen el TEA no se traducen únicamente en dificultades, sino que también se asocian a una serie de capacidades, tales como:

  • Meticulosidad
  • Curiosidad por temas muy específicos
  • Conocimiento especializado sobre temas de su interés
  • Sinceridad
  • Honestidad
  • Respeto y cumplimiento de las reglas establecidas
  • Atención por los detalles
  • Buena adaptación y seguimiento de las rutinas
  • Buenas competencias en tareas mecánicas y repetitivas
  • Tendencia a ser muy lógicas
  • Capacidad para escuchar sin prejuicios